jueves, 28 de abril de 2011

La cara más oscura de la Movida.

Ya estoy de vuelta. Y no, no soltaré el rollo de siempre de "venga, prometo que a partir de ahora intentaré actualizar más a menudo", porque no cuela, además no me lo creo ni yo. El caso es que un día por una cosa y otro por otra, llevo muchos meses sin subir una entrada decente por aquí (superar a la gran Miss Guts será difícil, pero hay que probar). Y hace más de un mes que dije que volvería pronto, y aunque no haya cumplido, finalmente aquí estoy.
En la primera entrada de este blog ya dije que tarde o temprano hablaría de ellos, de él. Eduardo Benavente es y ha sido uno de mis grandes héroes musicales en los últimos años, y Parálisis Permanente está en lo más alto de mi pirámide particular de gustos musicales junto con Alaska (sí, es parecida a la alimenticia pero con géneros; abajo del todo estaría el grasiento, seboso y calórico reguetonazo. Ni probarlo).
Hace cosa de dos años encontré este disco por 7 euros perdido entre cds de Carlos Baute y UPA Dance en uno de esos cajones de reliquias olvidadas rebajadas del Media Markt. Había perdido completamente la esperanza de encontrarlo porque hasta donde yo sé está completamente descatalogado y es casi casi imposible encontrarlo en este tipo de sitios , así que mi cara de alegría, barra sorpresa, barra habrétraídopastanomejodas fue de catálogo. Pues bien,  me lo compré y fui feliz, muy feliz.

Después de pasar por diferentes grupos como Prisma (donde coincidiría con el gran Toti Árboles y con Nacho Cano), Plástico (también con Toti) y Escaparates, Eduardo Benavente entró a formar parte de Alaska y los Pegamoides en 1980 como batería. Técnicamente no era el mejor, y se mantenía en segundo plano porque la composición de los temas estaba en manos de Nacho Canut y Carlos Berlanga, pero cuando este último abandona el grupo, Eduardo le pasa las baquetas a Toti y se cuelga la guitarra, pasando también a componer junto a Nacho. Corría el año 1982, y Pegamoides estaba viviendo muchos cambios, dejando de lado el pop que les había dado la fama con temas como "Bailando" y "Bote de Colón" para oscurecer su sonido y su estética. Hay que decir que el choque entre Benavente y Berlanga hizo mella en el grupo de manera catastrófica. Carlos tenía celos de Eduardo (palabras exactas de Ana Curra, teclista y novia de Benavente), que quería componer y por así decirlo, mandar más, ya que sentía que se merecía tener más reconocimiento. A Carlos no le gustaba el rumbo que estaba tomando el grupo y después de muchas idas y venidas, decide abandonar para siempre Pegamoides.






 






En el año 83 Pegamoides vivía su mejor momento, y, después de alcanzar el éxito con la archiconocida "Bailando", el grupo se disolvía. Eduardo llevaba tiempo sabiendo hacia dónde quería llevar su música, y el año anterior había formado su propia banda para dar rienda suelta a su creatividad sin tener que dar explicaciones a nadie. Este proyecto se llamó Parálisis Permanente, y contaba como primera formación con Eduardo, su hermano Javier, Nacho Canut, y el hermano de éste, Johnny Canut.
Parálisis se convierte en algo nunca visto hasta entonces en España, importan el afterpunk británico y el personaje de Eduardo empieza a crear una fascinación asombrosa entre el público. Graban dos EPs, el primero de ellos compartido con Gabinete Caligari, en el que se incluyen los temas "Autosuficiencia" (su primer single, del cual se grabó un videoclip con una realización sencillísima, pero que sigue siendo MÍTICO) y "Tengo un pasajero".
El segundo EP se llamaría Quiero ser santa, y aparte de contener la canción homónima (compuesta junto con algunos de sus compañeros de Pegamoides), contaba con tres temas más: "Unidos", "Yo no" y "Un día en Texas", una de mis canciones favoritas del grupo y que elegí para darle nombre el blog.
Esta era la portada:
En verano de 1982 el grupo entra a grabar el que sería su primer y único LP, El Acto, tras algunos cambios en su formación, entre los que destaca sin duda Ana Curra, que entra al grupo como teclista. En la portada, como comprobaréis más arriba, aparecen Eduardo y Ana (aunque se mantuvo el misterio durante algún tiempo sobre quíen era realmente la chica de la portada) vestidos con una estetica oscura y sadomaso y las letras están basadas en su totalidad en experiencias relacionadas con la muerte y el sexo. Grandísimos temas (ahora himnos) para los fans de la música oscura nacieron con ese disco: "Esa extraña sonrisa", "Vamos a jugar", "El acto"...y así 13 temas, entre las que se incluyen dos versiones: "Quiero ser tu perro" (de la maravillosa "I wanna be your dog", de los Stooges), y "Héroes" (versión de "Heroes" de Bowie).
Paralisis Permanente llegan a ser con este disco el máximo exponente afterpunk del momento en España, son los Killing Joke, los Cure, los Joy Division españoles. Pero la prometedora carrera del grupo acabaría en mayo del año siguiente. Parálisis estaba dando una serie de conciertos en festivales de diferentes puntos del país. El grupo iba dividido en dos coches, en el primero iban Toti, Ana y Eduardo, y en el segundo iban Rafa (bajo) y Antonio (Guitarra), que volvían de dar un concierto en León y se dirigían a Zaragoza, pero el primer coche nunca llegó a su destino.
Eduardo Benavente, el descarado vampiro punkarra de la Movida, moría el 14 de mayo de 1983 a los 20 años, tras un accidente de tráfico cerca de la localidad riojana de Alfaro, truncando así una prometedora carrera y acabando también con la vida de uno de los grupos más trascendentales de la historia de la música española.
Ya lo dijo Paloma Chamorro en su programa, La Edad de Oro, tras su pequeño homenaje a Eduardo en su programa (curiosamente pocos días antes el grupo había ido a grabar un par de canciones para ser emitidas posteriormente): "Benditos sean los muertos sobre los que cae la lluvia".
Yo siempre me pregunto qué hubiera pasado con Eduardo si hubiese seguido con vida, qué hubiera sido de Parálisis, si hubieran terminado a tortas como Pegamoides, y si Eduardo y Ana hubieran seguido juntos. Sea como sea, Parálisis quedó en eso, en un grupo que creó un chaval con ilusión y con miras a ir más allá de lo que por entonces se mascaba en el panorama musical. Eduardo ha sido y será siempre eso, un héroe siniestro, un punkarra con mucho carácter que dio otro color a la música española de los 80. El negro, más concretamente.